"Vincent". Tim Burton.

 Se nos presenta un chico de 7 años, con personalidad introvertida, dulce y gentil con sus cercanos, que sin embargo haciendo una introspección en su psiquis, deja ver un gusto por lo oscuro y extraño, que connota una fijación en producir actos malévolos.

Seguramente dentro de su inconsciente reinan los más turbios pensamientos oníricos, causados por su devoción a dos artistas caracterizados por su tinte maldito, como lo son Edgar Allan Poe y Vincent Price. Estas personas y su arte van de la mano con su perturbada mente. Vincent Malloy, el protagonista, aspira de hecho ser como su referente Vincent Price. Pero a pesar de sus deseos, parece ser víctima de sus pensamientos, se produce un síntoma que lo acompleja a diversas alucinaciones que le hacen perder la cordura, ya que pretende o por lo menos intenta aparentar normalidad con su buen comportamiento cotidiano, pero al ser atormentado por sus deseos inconscientes se ve a la constante deriva emocional. Esto podemos notarlo cuando por ejemplo desea cubrir a su tía en cera y exponerla en un museo. En el fondo se siente impulsado a dañarla pero logra reprimir esos impulsos. También podemos ver cuando desea convertir a su perro en un experimento zombie. Esto lo interpreté como su deseo de darle vida eterna a su mascota y compañía, pero obviamente descrito como el horrible deseo de su alma oscura para justificar sus intenciones. Esto permite ver la cristalización de su mente, en donde sus deseos y fantasías inconscientes buscan penetrar el aparto consciente de Vincent, pero este ofrece resistencia a los resquemores de su alma, luchando por no cometer los atroces actos. Sin embargo esta lucha es la que deja los mayores síntomas neuróticos en la psiquis de Vincent.


En un punto de la historia podemos ver como su síntoma llega a su máxima expresión cuando es encerrado en su pieza con sus propios pensamientos hostigantes, termina delirando con su fantasía de ser Vincent Price. Este síntoma es expresado cuándo de pronto pierde la voz y se ve forzado a escribir, en dónde deja ver aún más la progresión de su delirio mental. 


Vincent Malloy está en busca de encontrar concilio con su alma, encontrar su verdadero ser dentro de sus delirios. Pero esta búsqueda termina por ser interrumpida cuando su madre entra al cuarto y le recuerda “Tu eres Vincent Malloy, no eres Vincent Price, y no estás atormentado, ni ido”. La presencia de la madre resulta totalmente catártica, aunque no se sabe si con ello se ausentan los problemas de la personalidad de su hijo.   


Benjamín Muñoz Leiva.


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