El fallo y acierto de la sugestión

 El caso de Emmy von N. conlleva un ojo de análisis riguroso, ya que somos testigos de uno de los casos más emblemáticos de la psicología moderna, en donde a través de su desarrollo se cristalizan los primeros vestigios conceptuales de la doctrina psicológica que nos acontece en este ramo. El caso en cuestión se nos presenta de manera cronológica, sacado directamente de las notas de Freud. El estudio del caso envuelve una serie de encuentros a veces complicados, a veces con calma, entre Freud y su paciente Emmy, en donde Freud termina eventualmente aliviando el sufrimiento de Emmy – aunque no completamente, y no sin una batalla de distintas voluntades contrapuestas que describiré más adelante. De todos modos, Freud para ese entonces no era un psicoanalista. En su lugar, siguiendo los pasos de su mentor Jean-Marie Charcot y su colega Josef Breuer, su metodología recae en el uso de la terapia vía hipnosis. El estudio del caso describe los cada vez más frustrantes intentos de Freud por aliviar los síntomas histéricos y el evidente temor a los animales por parte de su paciente mediante el uso de la sugestión.

Emmy von N. se pone bajo el cuidado de Freud en Mayo de 1889, tras presentar diversos síntomas histéricos, como alucinaciones y cambios drásticos de personalidad. Presenta una expresión dolorosa, tensa, un carácter asustadizo, con una reacción histérica frente a lo imprevisto y situaciones nuevas. Sin embargo, al empezar a conversar con Freud, este se percata de que por la manera en que se expresa y responde, es una persona muy bien educada y poseedora de un gran intelecto. Pero esto solo termina por perturbar más aún la percepción de Freud sobre como poder lidiar con sus síntomas. Freud se da cuenta de que cada pocos minutos su paciente produce un tic. Se trata de una reacción facial que expresa un horror muy profundo, seguido de un discurso desgarrador: “¡Fuera!, ¡Quédate quieto!, ¡No me toques!”. Con esto concluye que hay una especie de mecanismo defensor que intenta retener algo (un recuerdo o imagen cargada de afecto), que se activa sin ser llamado por la vigilia, ya que al poco rato de terminar con este tic, Emmy sigue la conversación cómo si nada hubiera ocurrido, sin tener recuerdo alguno de su reacción. 

En los siguientes días, Freud implementa a su terapia métodos para calmar las dolencias físicas descritas por Emmy, como duchas de agua caliente y masajes en las zonas adoloridas. Junto con esto, agrega también la vía hipnótica y el uso de la sugestión para influir en su comportamiento y emociones. La intención es sembrar ideas en este estado hipnoide que puedan curar al paciente de sus síntomas.

Con el pasar de los días, Freud recopila recuerdos de la vida temprana de Emmy, dando cuenta de que ella tiene una historia particular con lo que él más adelante llamaría “símbolos”, tales como los animales y la muerte. Pero como aún no tenía noción de los conceptos que crearía en el futuro, no tomó muy en cuenta esta parte de la vida psíquica de su paciente y se centró más en el uso de la sugestión para aliviar el dolor de Emmy. Acontecimiento que llamo el fallo de la sugestión, ya que se termina evidenciando en la frustración de ambos él como el uso de esta técnica no brindó resultados longevos y efectivos. Freud de hecho se percata poco a poco de que Emmy terminaba aprovechando la conversación para complementar la hipnosis, es como si se hiciera el procedimiento al revés. Y es en esta interacción en donde veo un punto muy importante del cual Freud tomó apunte para desarrollar sus futuros postulados que darían paso al psicoanálisis. 

 

Dos conceptos claves que puedo extraer del caso analizado y que se relacionan a fondo con la conclusión que quiero hacer llegar son los siguientes:


La cura por el habla: Este es un concepto que ha ido tomando relevancia en el cursar del ramo a medida que avanzamos en la cronología del psicoanálisis. Cómo finalicé en la introducción, Freud se percata de cómo su paciente se desenvuelve en el área de la conversación incluyendo conceptos relacionados a sus vivencias traumáticas sin la necesidad de usar el método hipnótico. Freud toma mucha nota de lo que le dice en estado de vigilia, fragmentos como los recuerdos con sus hermanos enfermos, su estrecha relación con los animales y el temor por ellos, así como el acontecimiento con el agua mineral que la mantuvo ajena a esta por años. Freud se da cuenta mediante estas charlas que Emmy puede ir soltando más de su pasado y de sus recuerdos más recónditos solamente conversando. Estas imágenes se pueden esclarecer cada vez más mediante el mero uso de la palabra.

Sugestión: Descrito en la obra “Sobre el mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos: comunicación preliminar” como un método terapéutico basado en sumergir al receptor en un estado inconsciente, somnoliento, contrario a la vigilia, mediante distintos procedimientos, con el fin de poner su mente más dócil para introducir ideas que modifiquen su comportamiento o se esclarezcan y/o se nublen recuerdos. De esta forma se logra la abreacción y la descarga efectiva de un pesar psíquico que empezaba a influir en el plano físico de la persona.



Para ir concluyendo el comentario del caso presentaré qué es lo que queda rescatado del análisis en función de los contenidos que estamos próximos a estudiar. Y es que Freud en este caso terminó por encontrar el fallo de la sugestión que poco a poco lo iría separando de la obra de su colega Breuer. Pero es este mismo fallo que se produce el acierto para dar paso a un análisis más crítico, ético y responsable con la persona o mejor dicho paciente al que se tratará como terapeuta.

En este caso podemos ver como Freud consulta a Emmy por sus experiencias traumáticas y decide indagar bastante en aquello. Lo que no hace sin embargo, es seguir este miedo por los animales que presenta Emmy. Esto no parece extraño, ya que la histeria de Emmy estaba fuertemente vinculada a su miedo a la muerte y a los cadáveres. Sin embargo la técnica de la sugestión se encarga de excavar en recuerdos más y más precoces. Y es por esto último que a pesar de haber encontrado la clave, Freud hizo caso omiso y no continuó con la pista que conllevaba a una posible cura de la histeria de Emmy. En vez de preocuparse de que la técnica no estaba funcionando, Freud incrementa su ansia en que no esta siendo lo suficientemente indagativo. Para los finales del proceso terapéutico, ambos, Freud y Emmy parecen estar exhaustos, perdiendo su paciencia y con ello la esperanza. A pesar de haber aliviado sus síntomas histéricos, la misma Emmy 7 meses después termina por recurrir a otro doctor para volverse a inducir en hipnosis, aunque con el presentimiento de que nada volverá a funcionar.

Freud se enfocó mucho en querer eliminar estos recuerdos de animales de la mente de Emmy. Sin embargo, el zoológico de la mente de Emmy no es tan simple como para borrarlo. Primero hay ratas, después caballos, perros, toros y murciélagos. Freud todavía no comprende lo dinámico que el subconsciente puede llegar a ser así como todavía no posee una representación de este. 

Freud sólo conoce que el comportamiento de Emmy está, en parte, modelado en el animal: así, es solo en una nota en la que él señala que sus extraños sonidos vocales podrían imitar el comportamiento de apareamiento muy pronunciado de un gallo, y ciertamente no utiliza esta observación para considerar la sexualidad de Emmy. No logra investigar las figuras sincréticas animal-humanas que aterran a Emmy. De hecho, una gran parte del horror de Emmy parece concernir la incorporación del animal en lo humano, ya sea por imitación, por comer o por tocar. Podemos observar en este punto que las estructuras psíquicas de Emmy no albergan simplemente un zoológico de historias animales, ni su mente simplemente conjura alucinaciones animales como si fueran objetos externos de alguna manera. Más bien, estos animales hacen a Emmy quien es y cómo se comporta: sus síntomas no se forman alrededor de los animales, sino a través del animal, y es por eso que sus horrores animales proliferan a pesar de los mejores esfuerzos de Freud por detenerlos en seco. Este caso es el fallo al acierto que da paso al psicoanálisis.


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